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Hablar por las uñas

nails

¿Qué somos las mujeres sin manos? Sin los dedos que abrochan sujetadores, se colocan los pendientes con un gesto concentrado o hurgan en el fondo del bolso. Manos que extienden cremas hidratantes sobre la piel de sus hijos, que aún anudan corbatas o atusan cariñosamente el pelo de los maridos. Manos laboriosas que se entrelazan en el ancho páramo de la convivencia a esa hora en la que tanta falta hace tener otra cerca para sentirla dentro de la tuya.

Hay mujeres que son auténticas virtuosas del arte de mover las manos. Algunas incluso hipnotizan con sus movimientos. Las extienden, agitan, repican las uñas en la mesa con golpecitos lentos y secos, las hacen girar como una mariposa o las abren en un gesto que viene a ser mitad súplica mitad ofrenda. En algunos países del sudeste asiático, el peso de la danza no se apoya en los pies sino en las manos, que van dibujando formas en el aire. Como las bailaoras de flamenco. Hubo un tiempo, a finales de los noventa, en que se pusieron de moda las clases de sevillanas en los gimnasios. A veces me quedaba mirándolas tras el cristal: señoras con el pelo mojado, embutidas en un traje de faralaes. Veinte mujeres, cuarenta manos y cuatrocientos dedos en tensión; muchas sensaciones emergían, pero todas ajenas al tacto.

En casi todas las culturas, cuando una mujer se siente sobreexpuesta, le sobran las manos. No sabe dónde meterlas. Es un asunto particularmente visible en las fotos:te sobran, no sabes qué hacer con ellas. El auge del llamado “nail art” en verdad representa una prótesis decorativa de gran sofisticación. ¿Por qué hoy las mujeres se pintan las uñas de azul o amarillo? Del rojo oscuro de Cleopatra a aquellos primeros colores sólidos que popularizó Eleanor Roosevelt, la moda de decorar las uñas se ha convertido en un nuevo “nicho” de mercado. La carta de colores y filigranas, de esmaltes permanentes y brillos, se extiende en un catálogo infinito como si quisiera neutralizar las uñas mordidas, las manos agrietadas o los dedos retorcidos. A veces contemplo a aquellas que se acarician a sí mismas mientras esperan en un aeropuerto. Si son mujeres, prueben la diferencia de hacerlo con las uñas descuidadas o recién pintadas. Qué inexplicable sentimiento de eficacia aportan unas manos, como se dice, “arregladas”. No en vano, el arreglo ha sido una circunstancia connatural de nuestra condición, un adjetivo que ha determinado dos categorías muy claras: mujeres arregladas y mujeres dejadas. En ambos casos, no puedo dejar asociarlas a un taller de reparación. Y es que en realidad, los esmaltes de uñas no son más que una composición refinada de la pintura de coches.

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4 comentarios

  1. Mis manos, Joana, hablan a la vez que mis ojos y vuelan como mariposas, y necesitan de una discreta manicura para ocultar alguna de sus manchas blancas -mentiras decían, cuando era niña. Ahora, daños sufridos por los teclados del piano y del ordenador.

    Las manos ayudan a la comprensión de lo que se expone, y de ellas depende el arte de las caricias. Las manos de las mujeres son importantes ¡ya lo creo!

    Pero, ¿y las de los hombres? ¿Por qué diferenciarlas de las de las mujeres? Comparten tanto con las de ellas… Hasta desabrochar sujetadores.

    En esencia son lo mismo: Manos de personas.

  2. Regina Regina

    Mmmm… Interesante lo de las uñas mordidas. Porque una de las mujeres más brillantes que conozco se las muerde hasta que sus dedos relucen como pequeños muñones. Y no solo es brillante la mujer, es atractiva y estilosa. Pero siempre lleva las uñas mal. Fatal. Y en realidad le da igual. Porque en la vida en general y en las entrevistas de trabajo en particular –qué relevantes son las uñas en las entrevistas de trabajo- consigue transmitir su brillantez en el habla y en el vestir, y el entrevistador/a no tiene más remedio que pasar por alto sus pequeños muñones. Aún así, cuando pasan los meses y están en confianza, aunque sus dedos sean irrelevantes para todo, alguien se lo dice: niña, por favor, hazte estas uñas.

  3. El passat didenvres vaig anar a sopar amb uns companys de professif3, eren uns 12. Pre8viament havedem negociat un menfa tancat de 20€ amb el que vam quedar mes que contents no nome9s x la quantitat sinf3 tambe9 per la qualitat de la cuina, de la presentacif3 dels plats i del tracte del personal.Ens van oferir tres entrants per compartir que xonsistia en:- amanida te8bia de formatge de cabra amb maduixes.- calamars a la romana ( super frescos).- timbal de baldana, plat tedpicament tortosed qe ens va encantar tant als que erem de Tortosa con a la gent que va venir de fora. Despres vam menjar un segon plat a elegir entre:- llenguado a la salsa se bolets.- confit d’e0nec.Tant els que vam menjar un plat comL’altre els vam trobar bonedssims! Finalment en lloc de fer postre vam pactar amb l’ama del restaurant si ens podien fer un pasteds i la veritat es que ens van acceptar la proposta i el pasteds estava bonedssim. Aquest menfa ens va costar 20€/ persona i ame9s tb incloefa: pa, cafe8s i infusions, vi de la casa, aigua i cava. Realment tot un luxe, vam quedar tant satisfets que aquest proper dissabte hi tornem x dinar. Pd: ens van situar una taula gran i quadrada que va fer possible que tots ens pogue9ssim veure i xerrar tranquil-lament, vam agrair-hoPq era un sopar de feina i ens va ser mes fe0cil la conversa. A me9s la taula estava dintre del reservat del restaurant que oferia un clima edntim ideal x parlar de feina! Tot un luxe! 100% recomanable!

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