Saltar al contenido →

Poeta de la ausencia

Untitled

Nadie se llamaba como ella: Idea. Su padre, poeta anarquista, quiso bautizarla como Ideal, pero acabó rebajando las expectativas. Sus hermanos, Azul y Numen, las chicas Alma y Poema. De una casa con patio y jardín en Montevideo tuvieron que mudarse a una barraca de cal donde enfermaron todos. Primero murió la madre, delicada y en cama desde que nació Idea, después el padre, luego el chico, Azul. Ella ya no vivía allí: padecía un eczema en la piel –que más tarde derivaría en necrosis, y uno de sus amores le arrancaría a tiras la piel muerta– y el polvo de la cal avivaba sus heridas. Huérfana con veinticinco, lucía una belleza diferente, clásica como sus collares de perlas, moderna con su boina y blazer sobre los hombros; su mirada cargaba la misma sensualidad y escepticismo que su poesía. Fue una gran seductora, una amante apasionada que compuso versos hambrientos en los que el amor fue su principal huésped.

Idea Vilariño formó parte de la llamada generación del 45, junto a Mario Benedetti, Juan Carlos Onetti, Ángel Rama o Ida Vitale, un grupo de escritores que recuperaron pasado literario y levantaron puentes de modernidad fundando revistas, traduciendo y editando con mimo. Vilariño vertió al castellano a Shakeaspeare y a Queneau, daba clases, componía y cuidaba las plantas. Era una intelectual clásica. Leer sus versos, se ha dicho, es algo parecido a andar por el alambre sobre el vacío. “Pocos poetas como ella se leen con las vísceras, el corazón, el cuerpo todo (…) a veces debo suspender su lectura –tomar aire, cruzar a la verdad del sol– quizás porque me enfrenta de un modo brutal con el horror de la ausencia, la soledad y la muerte”, aseguraba la escritora y actriz argentina Silvia Arazi a La Nación. Y es que para Vilariño la felicidad es siempre efímera. A un amor le seduce otro. O varios a la vez. Fue adulta de joven. Se matriculó en Medicina pero cambió a Literatura. Se enamoró de su profesor y le bordó admirablemente la cubierta de un libro de Paul Valéry. Fue catedrática, ensayista, periodista, rechazó premios oficiales. No tuvo hijos. Anotaba en un libreta el nombre de sus amantes. Pero arrastró allá donde fuera la leyenda de haber sido la amante de Onetti, a quien, tras su ruptura, le dedicó un poema capaz de contener, como en una copa amarga, todo el hielo del desamor, paralizador, inabarcable. Se titula Ya no y se incluye en los Poemas de amor que acaban de reeditar en Chile las Ediciones Universidad Diego Portales. Dice así: “Ya no será/ ya no/ no viviré contigo/ no criaré a tu hijo/ no coseré tu ropa/ no te tendré de noche/ no te besaré al irme/ nunca sabrás quien fui/ por qué me amaron los otros./ No llegaré a saber por qué ni cómo nunca/ ni si era de verdad/ lo que dijiste que era/ ni quien fuiste/ ni qué fui para ti/ ni cómo hubiera sido/ vivir juntos/ querernos/ esperarnos/ estar./Ya no soy más que yo/ para siempre y tú / ya/ o serás para mi/ más que tu. Ya no estás/ en un día futuro/ no sabré dónde vives/ con quién/ ni si te acuerdas/ No me abrazarás nunca/ como esa noche/ nunca./ No volveré a tocarte/ No te veré morir”.

Se conocieron en un bar de Montevideo, en 1950. Ella dirigía la revista Número, él tenía fama de buen escritor y mujeriego, estaba casado con su prima. Ambos esperaban“lo peor” del otro, pero se enamoraron. Fue un amor abrasador. En sus memorias, La vida escrita, hay fotos de todos sus hombres excepto del que más habló, y con el que se siguió escribiendo e intercambiando sueños hasta que murió. Ella lo haría en abril del 2009, quince años más tarde, ciega y sola. A su entierro asistieron doce personas, al de Benedetti, fallecido un mes más tarde, dos mil. Pidió un ataúd sin cruces, desnudo como sus versos.

Amaya Arzuaga / Volúmenes puros

Una de las diseñadoras españolas más internacional y vanguardista desfila este mediodía en la pasarela Mercedes Benz Fashion Week con una colección inspirada en los planetas: volúmenes cúbicos, prendas suspendidas mediante transparencias, siluetas ingrávidas y pureza cromática definen el trabajo de una Arzuaga tan valiente como transgresora, que vende en las mejores tiendas de Japón, Líbano o París, y que sigue viviendo muy cerca de los campos donde corren los ciervos, en el Bierzo.

Tom Cruise / Borrar el gesto

Los hay que aseguran tener varias vidas en una y otros que sueñan con reinventarse hasta el extremo de convertirse en un extraño para sí mismos. Rejuvenecer a riesgo de cambiar no tan solo la cara, sino la identidad es una tendencia al alza, como si un lifting les liberara de un monstruo que tenían enjaulado, sean las arrugas, la papada o el ceño. Tom Cruise, al que no le bastaba con parecer un eterno post-adolescente, se ha dejado ver hinchado y enrojecido, y lo que es peor: sin gesto.

Inés Martín Rodrigo / La corresponsal

Una cita de Joan Didion, “los recuerdos son las cosas que no quieres recordar”, encabeza Azules son las horas (Espasa) de la periodista cultural Inés Martín Rodrigo, atesorando esa intuición literaria que empuja en la prosa de tantos plumillas. Martín novela la vida de un personaje real: Sofía Casanova, que fue corresponsal en la Gran Guerra, entrevistó a Trotski tras la revolución de octubre y documentó la persecución nazi. Hay que celebrar que las jóvenes recuperen la memoria de las pioneras.

(La Vanguardia)

Publicado en Artículos

2 comentarios

  1. superj a 10.710 km superj a 10.710 km

    * luminosa, j.
    * 4 semblanzas, again
    * idea, q sofoco no haberla conocido/sabido; little consuelo, mi devoción por benedetti, por onetti
    * a un amigo ya octogenario -pero con el síndrome de peterpan/tomcruise- le apareció una hija de unos 50 q él ignoraba que existiera; falleció la madre de ésta, y el viudo contó a la chica su origen;
    los hijos/mediohermanos pidieron la prueba del adn; es hija; se llama lluvia
    kísssss

  2. superj a 10.710 km superj a 10.710 km

    “at 3:10 pm”
    aquí son las 11,11 a.m.
    y estoy en mi 3a. vida
    tras la 2a :28 años en madrid

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *