Saltar al contenido →

Elegancia insumisa

Untitled

El péndulo de la vida la llevó de las tierras minadas por las que trataban de huir los judíos y otros perseguidos por los nazis, donde salvó a un soldado moribundo y fue herida por las balas, hasta las exquisitas boiseries de los despachos con buena calefacción en los que gobernó como directora de Vogue Paris durante dieciséis años, inspiradora y visionaria de una moda a punto de parir a Saint Laurent y a Karl Lagerfeld. Acaso sea una manera sensacionalista de introducir la vida de esta periodista y escritora –premio Goncourt 1966 y autora del libro más brillante sobre Chanel, L’irrégulière, ou mon itinéraire Chanel– que falleció hace un mes y medio con 95 años y una vida formidable. Porque en verdad Charles-Roux fue una revolucionaria con perlas que alternaba el lirismo con los tacos.

De orígenes acomodados, de Neuilly-sur-Seine, la periferia más lamida de París, pertenecía a una familia de ricos fabricantes marselleses de jabones y aceites. Su padre, François Charles-Roux, diplomático y miembro del Instituto de Francia, fue también un próspero hombre de negocios (el último presidente de la compañía del Canal de Suez). Nada más estallar la Segunda Guerra Mundial, y aunque fuera un gaullista convencido, sirvió al régimen de Vichy durante unos dubitativos meses, hasta dimitir. Ella, idealista y justiciera, se enroló en la Resistencia. En Francia existe una indócil tradición de hijos que se revuelven contra sus orígenes patricios –de Louis Malle a Hervé Bazin–, y la joven Edmonde fue un buen ejemplo en femenino. Recibió la Cruz de Guerra y la Legión de Honor en 1945, por su coraje como enfermera, pero al terminar la contienda las familias bien la miraban con un mohín precavido, como si apestara a cloroformo y comunismo.

Pasó de repartir el correo en la redacción de la revista Elle a recibir la oferta de dirigir Vogue. Convocó a grandes fotógrafos y les instó a que utilizaran la moda como coartada para componer y crear historias visuales de gran calidad, desde Guy Bordin a Avedon, pasando por Irving Penn. Abundando en la tradición literaria de las revistas de moda o femeninas –por las que pasaron J.L. Borges, Oscar Wilde, Stéphane Mallarmé o Sylvia Plath–, puso a escribir en las páginas de Vogue a Roland Petit o Colette, hasta erigirse en juez y parte de una corriente ética y estética que en los años sesenta empezaría a desnudar a las mujeres.

Amiga de Coco Chanel o Isabelle Eberhardt, y tan contradictoria entre exquisitez e ideología, al estilo de Marguerite Duras, nunca quiso tener hijos y se sintió cómoda llevando la contraria, protegiendo su independencia sentimental e intelectual. “Me convertí en una persona abominablemente libre”. En 1973, con 53 años, camino de una década después de su despido en Vogue –por haber querido publicar en portada una modelo negra (algo que no sucedería hasta veinte años más tarde, con Naomi Campbell)– Edmonde se casó con Gaston Defferre, alcalde de Marsella y posteriormente ministro del Interior de Miterrand. “Un político es un hombre de acción, por ello es tan útil y enriquecedor tener al lado a alguien que te invita a la reflexión, alguien intelectual, crítico, honesto”, decía Defferre a la televisión francesa sobre su mujer. Mitterrand se rindió ante ella, y la convirtió en una de sus máximas asesoras, sobre todo con su hierro literario. Dice de ella el académico Marc Lambon que no tenía frío en los ojos, que amaba La arlesiana de Bizet y los vestidos de Lacroix, que detentaba una fidelidad de estatua. Fue una pasajera de la gran vida –presidenta de la Academia Goncourt desde 2002, recibió innumerables homenajes y el reconocimiento de sus compatriotas–, pero nunca dejó de sentirse como un polizón a bordo.

Nueva chica Mango / Liu Wen

Aún resuena la reivindicación de afroamericanos y latinos en la última gala de los Oscar a fin de conjurar el cánon ortodoxo, occidental y blanco, pero ¿y los asiáticos? A pesar de su ascendencia global, son pocos los nombres mediáticos y menos en la pasarela. En su creativa apuesta en hacer campaña de una tendencia cada mes, Mango reivindica en marzo el Soft Minimal que encarna su nueva modelo: una mujer de ojos rasgados y espíritu slow, la top oriental Liu Wen, tan dulce como magnética.

Afrontar el cáncer / Gloria Vergés

Desde que se creó la Fundación Ricardo Fisas –el fundador de Natura Bissé–, enfocada a los tratamientos de estética oncológica, se ha atendido ya a más de 1.200.000 personas (en 3.500 hospitales de 24 países). Abordar los efectos de la quimioterapia forma parte de la misión que encabeza Gloria Vergés, viuda de Fisas, una mujer que desborda humanidad y carisma, y que consigue mejorar la vida de tantas mujeres sin recursos a base de un compromiso firme, y sin megáfonos.

Visión y lujo / Enrique Loewe Knappe

En España viven más de catorce mil centenarios, y Enrique Loewe Knappe, con sus 103 años, era uno de ellos. El hombre que impulsó uno de los pilares más lujosos de la marca España, el que apostó por la artesanía exquisita y los curtidos al acabar la Guerra Civil inaugurando la icónica tienda de la Gran Vía madrileña, ha fallecido esta semana. En los ochenta devolvió a España su nombre en la moda, aunque después sus herederos llevarían el made in Spain al holding de lujo de LVMH. Genio y figura.

(La Vanguardia)

Publicado en Artículos

Un comentario

  1. superj a 10.710 km superj a 10.710 km

    edmonde ch-r, chapeau
    y por el elegante título de las 4 semblanzas sabatinas, chapeau
    yo tengo un absoluto y enérgico rechazo hacia la discriminación, pero también muchas reservas sobre la discriminación positiva
    ¿tendrían q quejarse, p ej, los brasileños, porque aún no tienen un nobel de literatura?
    (entre paréntesis, cuando se lo otorgaron a saramago, yo -y es la única vez q me he atrevido a hacer un pronóstico así-, como se especulaba q ese año podría ser premiado alguien de habla portuguesa, me atreví a predecir que sería jorge amado)
    (después supe q eran amigos y que cada año se pronosticaban mutuamente el nobel)
    uf, con las asiáticas yo tengo un prejuicio : siento una particular debilidad por ellas
    y, p.ej., yo tengo escrita mi historia personal del cine
    y pienso y creo y siento que la actriz + grande de todos los tiempos, que en ese cielo repleto de estrellas, hay 2 que deslumbran + que todas : marlene dietrich & gong li
    leí hace poco esa cifra, + de 14.000 centenarios; yo, sudaca de origen, tengo por si las moscas muy a mano mi pasaporte español, que debería otorgarme unos cuantos calendarios +
    sin otro particular y a la espera de sus gratas noticias saluda atte. a ud. q. sus manos besa

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.